Los Verdes de Cataluña, contra los toros

Entiendo que, para ciertos ecologistas, resulte complicado hacer pública su afición a los toros, cuando una gran parte de sus compañeros enarbolan las banderas del "no al maltrato animal", etcétera. Es difícil, pues, admitir ante un foro cuajado de protectores de animales que te gustan los toros y que consideras que en torno a este bello ser vivo existe un ecosistema riquísimo e imprescindible para España.

En Barcelona, se ha dado la circunstancia, este fin de semana, de que en una votación de Iniciativa por Cataluña-Los Verdes, las cosas no han salido como se esperaban. Así, informa burladero.com:

"En la asamblea, celebrada en Sabadell, se ha aprobado una resolución por la que "ICV se manifiesta contraria a las corridas de toros, así como al maltrato de animales, y está dispuesta a trabajar por su abolición, mostrando su firme apoyo a la Iniciativa Legislativa Popular".
Sin embargo, el texto no ha contado con el apoyo de todo el partido, ya que sólo ha contado con 318 votos a favor, por 19 en contra y 67 abstenciones, con lo que más de un 27% de los delegados no le han dado el apoyo a la moción".

Evidentemente, debemos reconocer que la victoria, por parte de los animalistas, es abrumadora. Pero también tenemos que analizar esos 19 votos en contra y esas 67 abstenciones. Curioso, ¿verdad? Más aún en un partido ecologista. Quiero decir con esto que no todos los ecologistas son antitaurinos. En la Universidad conocí a un tipo de una ONG ambientalista y le pregunté por el asunto. Me dijo que había muchos partidarios de la fiesta de los toros entre sus compañeros. 67 abstenciones son muchas abstenciones...

Otra cosa que siempre me ha llamado la atención es por qué nunca Greenpeace, WWF-Adena, etc., se han metido con los toros. Esta es la pregunta que debería hacerse mucha gente. Pues por lo que comentaba antes: porque son conscientes de la inmensa riqueza natural que genera el espectáculo. A veces pienso que deberían, incluso, apoyar los toros; pero no se atreven, seguramente porque perderían miles de socios instalados en el pensamiento único.