Blog que repasa la actualidad taurina de Almería, Andalucia y España. La opinión crítica e independiente sobre el mundo de los toros. Por Alberto Gutiérrez.

27 de noviembre de 2008

Los porteros de las discotecas


Soy de la generación del baby boom, años 70, y he pisado muchos bares de copas y discotecas. Como es normal. Yo también he sufrido a los porteros y, aunque he conocido algunos razonables y normales, la mayoría no tiene dos dedos de frente. No me caen bien, no.
Tras la muerte de Álvaro Ussía, y como suele suceder en estos casos, nos hemos acordado de Santa Bárbara cuando truena. Ahora, ahora vienen a cerrar garitos... Qué poca vergüenza tienen los políticos de este país. Vamos a ver, ¿por qué los locales de copas no son vigilados en la puerta por guardas jurado profesionales, quienes están sujetos a un reglamento, etcétera?, ¿Por qué han permitido durante tanto tiempo que unos tipos malencarados, poco avispados -por decirlo de alguna manera- y hechos en la horma del gimnasio sean los que repartan estopa por las noches? Tiene que morir un pobre chaval para que se tomen cartas en el asunto. Bueno, las cartas es, básicamente, cerrar los locales.... De verdad que me parece lamentable. Y muy típico de este país.

En Almería yo llevo -llevaba- otra guerra particular: la vigilancia de las playas. Para quienes sois de otros sitios: aquí hay muchas playas completamente desasistidas y en las que cada verano mueren ahogadas varias personas. No hay socorristas ni nada de nada. En mis artículos me he preguntado varias veces si es necesario que el ahogado sea un famoso, un político, qué sé yo. Pues, nada, ni con esas. El verano que viene seguiremos sin socorristas, lo tengo clarísimo. Hasta que suceda lo que apuntaba, que muera alguien famoso.

Pues con lo de los porteros ha pasado algo parecido. Ha tenido que morir un chaval joven, que salía de marcha con sus amigos de Madrid, para que los políticos tomen cartas en el asunto. Es que no había habido muertes anteriormente? Muchas. La primera que me viene a la cabeza es la del centro Mare Nostrum de Barcelona, en donde murió apaleado Wilson Pacheco, hace ya muchos años. Las medidas hay que tomarlas previamente. Pero aquí no se entera nadie. O no interesa, a no ser que el revuelo que se forme sea morrocotudo. No es de recibo que sean los medios de comunicación los que determinen la política de España. Ya está bien.



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