Blog que repasa la actualidad taurina de Almería, Andalucia y España. La opinión crítica e independiente sobre el mundo de los toros. Por Alberto Gutiérrez.

2 de octubre de 2011

Y El Cid toreó (por momentos)

Con dos días de retraso me pongo a escribir sobre la corrida de toros del viernes en Madrid. Lo siento, pero hasta hoy no he podido. Cinco toros de El Puerto de San Lorenzo tan infumables e inválidos que el bostezo se repetía una y otra vez en los tendidos. Mal tema que la piedra de Las Ventas sirva para echar un cabezadita. Hubo un paréntesis -afortunadamente- y eso ocurrió en el cuarto de la tarde, un toro bravo y repetidor en la muleta de El Cid, que se decidió a torear, aunque fuera de una manera intermitente. Menos da una piedra. Comenzó con la izquierda. Citó al animal de lejos. Presentó la muleta adelante, y la plaza mascaba el runrún de Madrid, ese que sólo tiene esta plaza. Varios naturales le salieron trompicados, pero hubo uno y casi otro que recordaron al Cid de la mejor época. Cómo rugió Las Ventas. Increíble.
Pero lo mejor vendría con la mano derecha. Relajado, el diestro sevillano bajó la mano y se pasó al astado muy cerca, desmayada la figura y descolgados los hombros. Un serie magistral. Luego vino otra, menos buena, y antes de entrar a matar concedió unos muletazos por bajo de muy bella factura. Lo de entrar a matar es un eufemismo, porque pinchó más de la cuenta. Gran ovación desde el tercio.
He leído críticas a El Cid, algunas muy ácidas. Las entiendo. Debió estar mejor. En muchos pases escondió la pierna de salida y se mostró precavido, descargando la suerte. Es cierto. Sin embargo, a mí me levantó del asiento en esa serie con la derecha. Y como quiera que últimamente se ve tan poco en una plaza de toros, pues yo me emocioné y me marché de la plaza toreando, descolgando los hombros, etcétera. Gajes de aficionado resignado, pudiera ser.
El resto del festejo no tiene historia. O sí la tiene. La historia es que se lidiaron cinco toros indignos de Madrid. Inválidos, mansos y descastados (estas palabras son demasiado habituales para describir a los toros actuales). Y tanto Castella como Perera aburrieron al público una barbaridad. No están, no viven su mejor momento y deberían descansar. Reivindico desde aquí el derecho a descansar durante varias temporadas para varios toreros. Les vendría de perlas a ellos y también a nosotros.

1 comentario:

Perez@larcón dijo...

Bien Maestro!!. Coincido plenamente contigo. Perera y Castella, binomio perfecto para echarse una siestecita..

Un abrazo