Era una tarde de campanillas, de esas en las que se escucha el run-run de Madrid, se huele el triunfo, la gloria, la gente sale de la plaza toreando y se gritan olés por los bares de los aledaños. Flores. Ayer, la afición huyó como casi siempre, con el aburrimiento pintado en la cara, con la mansedumbre del ganado dándole vueltas aún en la mente. Los "nuñezdelcuvillo", feos, anovillados e inservibles, propiciaron un espectáculo insustancial, absurdo, con Morante de figura, Talavante de acompañante y Saldívar de verdadero artífice de la emoción, pese a todo. El mexicano tiene valor y apunta alto.
El ganadero, Núñez del Cuvillo, se ha lamentado por Twitter y ha pedido perdón. Bueno, vale, estupendo. Pero no es de recibo que lleve esos toros impresentables a Madrid, a la primera plaza del mundo. Y la afición, supuesta, tan callada como observadora. Si la fiesta estuviera gobernada por la honradez, el ganadero de ayer no lidiaría en Madrid en tres años, igual que se pondría en entredicho a los toreros que la contrataron. Fundamentalmente, Morante, que ejercía de figura y eligió el hierro.
No vale con lamentarse y decir que el público está a la contra, que no lo estuvo. Uno, si de verdad ama la fiesta de los toros, tiene que elegir el mejor ganado, llevar toros con trapío y dignos, y no esos toritos que amargaron una corrida que sólo fue salvada por un interesante mexicano. ¿Y Talavante? Nada de nada. Ante el quinto fue incapaz de darle réplica. Se quiso poner bonito y lo que había que hacer era torear.
Saldívar tiene que repetir como sea. Los demás, ¡ni locos!
Hace 1 día
1 comentario:
Los auténticos culpables del ATRACO, FRAUDE, ROBO o como se le quiera llamar, tiene nombres y apellidos y son los señores Manuel Francisco Vázquez Ruano y José Antonio Morante Camacho, más conocidos como CURRO VÁZQUEZ y MORANTE DE LA PUEBLA. Después lógicamente entra otros actores con un papel muy importante, como el propio ganadero, empresario, autoridad y veterinarios, para seguir con una legión altísima de actores secundarios que tienen un papel más importante del que ellos creen.
Estos actores secundarios, ya vamos a llamarle con su verdadero nombre, aficionados, estos aficionados que se levanta de sus asientos con un buen lance o una extraordinaria media del Sr Morante, tienen mucha parte de culpa, junto con la totalidad de la prensa especializada y aquí entra todos, pero absolutamente TODOS, en ser los primeros en contar y cantar las genialidades toreras que adorna al torero de la Puebla del Río, pero que poquitos por no decir ninguno que denuncia los "toritos" con los que a esculpido la genial faena. Y el aficionado, incluso el bueno, se deja llevar de la éxtasis general del público, produciéndole ese orgasmo taurino que le impide ver la realidad de lo ocurrido.
Con estas palabras no quiero ni trato de molestar a nadie y por supuesto mucho menos trato de sentar cátedra como aficionado, lo que si quiero dejar claro es que desde muy pequeño me educaron a ver esta fiesta con cabeza y sin pasión, siempre que la pasión sea fanatismo. Afortunadamente no soy partidario de ningún torero, desde nunca y por supuesto las faenas siempre las he valorado según el toro, esto si es frecuente en la mayoría de los aficionados, pero cuando esas faenas son protagonizadas por el torero que estamos cuestionando en esta ocasión, parece que se olvida.
No quier jugar a futurólogo, pero veo a Morante, como que se va a tomar un descanso como aquellos que acostumbraba, si lo hace o no, el tiempo lo dirá, y si estoy equivocado en mi apreciación, lo que si tiene que haces pero "YA" es desvinculase de Curro Vázquez.
Saludos cordiales
Víctor Sánchez
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