Blog que repasa la actualidad taurina de Almería, Andalucia y España. La opinión crítica e independiente sobre el mundo de los toros. Por Alberto Gutiérrez.

11 de abril de 2010

El silencio de Sevilla

Estuve ayer sábado en la Maestranza con mi buen amigo Juan Pérez Alarcón viendo la corrida descastadita de José Luis Pereda lidiada por Salvador Vega, Miguel Ángel Delgado y Miguel Tendero. Vega no dijo nada, Tendero, muy poderoso, pudo cortar una oreja si no falla con la espada, y a Delgado se le fue un toro entre el silencio letal de una plaza que no chilla, que no pita, pero que es más dura que Madrid con estos silencios estremecedores.
A mí me gustó Delgado en su primer toro, pues siempre dejó la muleta puesta en el segundo muletazo. Sin embargo, el animal no colaboró. Ya en su segundo, el torero comenzó con una tanda limpia de naturales que anunciaban faena grande. Pero todo se disolvió entre pases sin peso y sin mando. Hubo algunos buenos, pero Sevilla se pronunció con el silencio. Creo que no hay nada peor para un matador que la indiferencia del público, el saber que lo que estás haciendo no dice nada, ni bueno ni malo, y que al terminar el trasteo la gente, educada, se pondrá de parte del toro y a ti te concederán otro silencio o acaso unas palmas por la voluntad -estuvo voluntarioso, se suele decir-. Más desolador, sin duda, que unos pitos o un "pico, pico" cantado desde el 7.
Tendero sorteó un toro sin gracia y otro con más nobleza al que muleteó con el poder que le faltó a Delgado. Le tocaron la música y se intercalaron pases de largo recorrido con otros de cercanías, esto es, con pases más cortos y un poco acelerados. En conjunto, brilló y a punto estuvo de obtener la oreja. Falló con la espada. Una pena.
A Salvador Vega le falta entrega. Creo que tiene condiciones y buen corte, pero no termina de cuajar porque no le echa raza ni fibra. Puede que algún día despierte. Pero tal vez será tarde. Nunca se sabe.

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