Ponce echa balones fuera

Ayer tarde Enrique Ponce pronunció una conferencia en el Aula Taurina de la Universidad de Almería, una iniciativa impulsada desde la propia entidad universitaria en colaboración con Óscar Chopera. El salón de actos de Cajamar, en donde se celebró, estaba lleno hasta la bandera, si bien es verdad que los universitarios apuntados a este Aula obtienen dos créditos de libre configuración. Cosa que, por otro lado, me parece muy bien. Es decir, aunque vayan por los créditos, muchos de ellos están mínimamente interesados por la Fiesta y algo bueno sacarán de su asistencia.
Dicho esto, Ponce toreó ayer con el pico y se echó el toro fuera. Dio cornadas veladas a José Tomás: "no entiendo a los toreros que se dejan coger", etcétera. Habló del sitio de torear y dijo la consabida frase de que cruzarse es una ventaja, cosa que todos entedemos como tal, y que no se puede estar uno cruzando cada vez que da un pase. Por supuesto que no, maestro. Lo que no dijo en ningún momento es que no hace falta cruzarse si al toro lo has dejado colocado en el pase anterior. Porque si en el primer pase lo mandas con el pico a Móstoles evidentemente en el segundo pase seguírá estando en Móstoles y tú en San Sebastián de los Reyes. Comparto su idea de que no hay que cruzarse constantemente, a no ser que lo requiera el animal, por parado o reservón. Pero él sabe perfectamente que al toro hay que tratar de dejarlo colocado.
Por otro lado, yo le pregunté si los taurinos se sienten responsables de la posible prohibición de la Fiesta en Cataluña, por la falta de respeto que se le ha tenido al toro y, en consecuencia, a la afición. Le dije que por culpa de este maltrato a las reses bravas muchos aficionados se están yendo de las plazas en toda España. En fin, que si sentían mínimamente responsables, dije. Su respuesta: que los toros se pueden prohibir en Cataluña por el arrinconamiento a la Fiesta por parte de los políticos, y que el toro de hoy día es el más bravo y más fuerte de la Historia...
Bien, ya veis, autocrítica cero. Siempre es culpa de los demás y estamos viviendo una época de esplendor, que no nos enteramos algunos.
Ojalá hubiera algún Antonio Bienvenida que dijera las verdades como puños. Entonces, habría regeneración. Pero mientras las figuras no quieran ver la realidad el futuro es desalentador.