Hablo de leídas (no de oídas) de la feria de Abril de Sevilla, que ha arrojado ya varios triunfadores, entre los que se encuentran Talavante, El Juli y Manzanares. Sin embargo, leo que el ciclo está resultando un fiasco ganadero. Un año más. Y que el público se está tragando lo que le echen. Que para eso estamos en feria. Sólo faltaba enfadarse en los toros, vamos. A quién se le ocurre incendiar el templo con semejantes ocurrencias. Un silencio, ea.
Sigo los toros en los blogs de Juan Pérez Alarcón y Pepe Pastor, pues son buenos y exigentes aficionados. Los noto cabizbajos. Se ve que ellos no tienen las tragaderas tan facilonas como los aficionados de la Maestranza. Pepe está cabreado con el medio toro que se lidia; Juan es más diplomático, pero también tiene sus días de enfado. Claro que luego viene El Juli y lo arregla todo. El Juli está que se sale, dicen.
El torero madrileño nunca me ha dicho demasiado, la verdad. Me suele aburrir. Me gustó en sus primeros años, acaso por la novedad, pero, de pronto, cayó en los pantanosos terrenos de esa vulgaridad que tanto dinero concede a los toreros. Ahora, El Juli se ha armado de dignidad y vergüenza torera y, según leo -insisto-, quiere darle la razón a quienes confiaban con ceguera en él. Me alegro. Las Ventas lo espera. Igual sucede con Manzanares y Talavante. Los esperamos (vivo en Almería y ya no voy a Las Ventas, pero me sigo considerando abonado de Las Ventas, qué le vamos a hacer).
Seguiré leyendo estos blogs -hay varios más muy interesantes, pero no tengo mucho tiempo- para informarme de la feria. También a Javier Villán, en El Mundo. Otro día hablamos de la crítica taurina.
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