No me puedo resistir a hablar del conflicto que durante estos días está inundando los telediarios de todo el mundo. Me refiero a la agresión israelí sobre Gaza, en donde están muriendo niños y mujeres, familias enteras ante la impasibilidad de un planeta que mira hacia otro lado y trata de justificar lo injustificable. Me parece una barbaridad. La desproporción entre los ataques palestinos y la agresión israelí no la puede rebatir nadie. Y el hecho de que sea una guerra abierta no justifica las numerosísimas bajas -qué eufemismo- palestinas entre la población civil. Llevamos más de ochocientos muertos. Por Dios. Que alguien ponga freno YA!
No soy más partidario de los palestinos que de los israelíes. Ambos pueblos son víctimas de una situación controvertida y compleja creada en 1948, que ha arrojado guerras, intifadas, asentamientos, etc, sin que nadie haya creído verdaderamente en una solución negociada. Este es el problema. Tanto unos como otros creen en el poder superlativo de la fuerza frente a la diplomacia o la legalidad internacional, que a muchos ya nos va sonando a coña marinera, dicho sea. Sin embargo, hay que recuperar el imperio de la ley y el imperio del sentido común. Porque esta guerra generará más odio y más personas dispuestas a inmolarse en un autobús cuajado de israelíes, europeos o norteamericanos.
Con esto no defiendo la alianza de civilizaciones auspiciada por el sin par Rodríguez Zapatero, aunque su idea no es totalmente equivocada; simplemente, el presidente español la enfocó mal, la explicó peor y la está ejecutando con los pies (cúpula de Barceló incluída). Lo que el mundo tiene que conseguir es que esas personas que quieren suicidarse desistan de hacerlo. Y no quiero sacar la guitarra, como ZP, pero, insisto, Occidente debe entenderse con Oriente Medio.
Algo que no me está gustando nada estos días es la utilización torticera de este conflicto por parte de presentadores como el Gran Wyoming y otros de Cuatro. Se están dedicando a ridiculizar a los compañeros periodistas de medios como La Cope, La Razón o Libertad Digital, comparando sus opiniones sobre el aborto con lo que están diciendo sobre la agresión israelí sobre Gaza. Me parece patético y ruin. Hace tiempo que comprobé la falta de solidaridad de los periodistas españoles, pero usar esta guerra para atizar a los rivales rebasa todos los límites. Dirá alguien que desde el otro lado también lo hacen. Si es así me parece igual de lamentable.
Igualmente, detesto la publicación de las estremecedoras imágenes con niños muertos, hombres decapitados, etcétera, etcétera, por parte de algunos periódicos. ¿Por qué la prensa escrita sí las publica y las televisiones no las emiten?, ¿Por qué en los atentados de Nueva York, Madrid y Londres no se sacaron fotos controvertidas y durante estos días sí se hace?, ¿por qué los periodistas tenemos distintas varas de medir? Sinceramente, creo que nos estamos equivocando. El periodismo tendría que hacérselo ver.
2 comentarios:
Chapeau por el artículo.
Un abrazo
Muchas gracias, Pepe.
Un abrazo y a ver si conseguís por Málaga que hagan otros carteles picassianos...
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