2009

Buenas, amigos. Feliz año 2009.

Este post lo dedico a quienes piensan que los próximos doce meses depararán alegrías, taurinas y no taurinas; a los que ocupan sus días trabajando sin pensar en el desmoronamiento paulatino de las bolsas de Tokio y Nueva York; a quienes siembran entusiasmo en lugar de penas; a quienes alumbran maravillosas ideas mientras pasean con sus mascotas por la ciudad; a los que ven el vaso medio lleno en mitad del barrizal; a quienes dibujan sonrisas cuando van a la cafetería y piden un cortado a ese camarero o camarera que agradecerá un "¿cómo estás, amigo/a?"; a aquellos que pudiendo viajar en primera clase se juntan y conversan con los más pobres y deshauciados; a quienes aparcan sus ambiciones para acompañar a los necesitados que habitan a las puertas de su barrio; a los que imploran justicia en el esguince eterno de las dictaduras; a los que sueñan con el día en que caigan los muros de la incomprensión y el desprecio que destilan los pobres de espíritu que, al final, y contra natura, acaban venciendo en el parque de la vida.

Yo no soy de los que quieren llegar cuanto antes a 2010. No. Estoy convencido de que 2009 va a ser un año genial. Por supuesto, no quiero decir que super ZP vaya a salvar el mundo con su capa y el poder de su sonrisa. Sólo digo que cada mañana hay que levantarse de la cama como un resorte pensando que va a ser el mejor día de tu vida. Steve Jobs, fundador de Apple, dijo en la Universidad de Stanford http://www.youtube.com/watch?v=ykUyVFkizfQ cosas muy interesantes al respecto. Esto es lo que nos hace falta, sin duda. Y en el terreno de los toros quizá también, aunque es cierto que los hechos son implacables, demoledores. Al fin y al cabo te das cuenta de una cosa: el exceso de información nos hace más libres, sí, pero a la vez más exigentes y menos transigentes. Bueno o malo, sólo digo, y hablo por mí, que sería fantástico ir a los toros con la predisposición de que verás un impresionante espectáculo. Ojalá los taurinos se enteren de que esta es la única vía para perpetuar la fiesta y mantener a los aficionados.