Este post es producto de algunas conversaciones que he tenido últimamente con aficionados a los toros. Me explico. El torero almeriense Ruiz Manuel triunfó en la pasada feria de Almería, tras cortarle las orejas a un toro inválido (no quiero ni buscar de qué ganadería: todas fueron infumables). Bien, hasta aquí lo que yo creía normal. Cuál es mi sorpresa que me encuentro con varias personas que dicen que ese toro no era inválido. Que venga Dios y lo vea...
Os cuento que el animal no sólo se echó en la arena un par de minutos y vio cómo le coleaban los subalternos del matador almeriense. Además, tenía una embestida mortecina que Ruiz Manuel tuvo que administrar con esmero; de lo contrario, es decir, si hubiera bajado la mano el toro se le hubiese echado a la arena a dormir el sueño de los justos. Bueno, pues hay personas, como digo, que sostienen que el toro no era inválido, sino que "le faltaban un poco las fuerzas".
Llevo unos cuantos años de aficionado a los toros y puede que yo esté equivocado, pero entiendo que un toro es inválido cuando no puede con su alma, que no tiene fuerza. Y para ello no tiene por qué caerse, pues hay toros inválidos que no se caen -hay mansos que no humillan y que también son inválidos, por ejemplo-. El caso es que yo este tipo de toros no los quiero ni en pintura porque no ofrecen emoción. Y para mí, por supuesto, son inválidos, se llaman inválidos. He visto demasiados de estos en Las Ventas, en donde se solían devolver, acaso fuera por decoro de la propia plaza (salvo cuando presidía algún amiguete de los empresarios).
Hablando con otra persona el otro día me dijo que El Juli estuvo inmenso en la feria de Almería y que tiene mucha técnica.... Veamos: si torear despegado hasta decir basta y con una vulgaridad insultante es ser técnico entonces yo soy el cura de San Blas. Dicen que un aficionado debe tener muchos toreros en la cabeza. Vale. Yo sólo tengo unos cuantos, pocos, toreros en la cabeza: los que hacen el toreo bueno. Los demás no me interesan, por mucho que templen una jartá. Si no se arriman no me emocionan. Ya podrá El Juli estar dos horas mareando a un toro que, como no se arrime, a mí no me dice nada.
Es curioso lo que puede dar de sí una feria tan mala como la de Almería 2008.
5 comentarios:
Amigo Alberto, la ignoracia, ¡¡ojo!! como la nuestra, no tiene limites, lo malo es que hay gente que encima va a tertulias, y tiene el valor se sentar "catedra", cuando llevan dos minutos de aficionados, y encima se dicen chorrradas. Con eso no hay remedio. De todas formas lo que tu ves, es lo que mejor se valora o crtica por uno mismo. Si quieren ver que Ruiz Manuel estuvo inmenso, que el Juli, actua con su dominio, que lo tiene, y que fulanito es el mejor, pues.....¡¡Para ellos!!. El que paga una entrada tiene derecho a opinar, y expresar libremente una opinión. He dicho.
Un fuerte abrazo
Totalmente de acuerdo con Perezlarcon. El aficionado debe pagar y exigir, y si alguien viene predeterminando formas y actitudes, se equivoca.
Enhorabuena por el blog.
Alfonso
Gracias, Juan y Alfonso. Estoy de acuerdo con vosotros en que el que paga una entrada tiene derecho a opinar. Faltaría más. Uno no puede imponer su criterio a los demás -al menos no es mi pretensión-. Lo que sí digo y mantengo es que si un toro es inválido es inválido. No tiene más tutía. Y, por otra parte, un torero puede ser muy técnico, como El Juli, con lo que estoy de acuerdo -igual que Ponce-, pero a mí no me emociona esa técnica que es sinónimo de pasarse los toros a mucha distancia. Es decir, no niego que sean técnicos, lo que les niego es la emoción. Y la emoción es el fundamento principal del espectáculo. Ojo, para mí lo es. No discuto que para otros sea otra cosa.
Hola, muy interesante el articulo, muchos saludos desde Mexico!
Buen post, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)
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