Blog que repasa la actualidad taurina de Almería, Andalucia y España. La opinión crítica e independiente sobre el mundo de los toros. Por Alberto Gutiérrez.

29 de agosto de 2009

Simulacro de fiesta

El Juli cortó ayer tres orejas en Almería en medio del alboroto general. Se había cosechado el milagro de los panes y los peces. Perdón, de las orejas a troche y moche, y el frenesí de los públicos. Porque El Juli salió triunfante del coso, no por cuajar faenas inolvidables o henchidas de arte. No. Se lo llevaron a hombros después de dos trasteos cuajados de vulgaridad, de pases a media altura, de pierna de salida escondida atrás, de mucho pico…, y todo esto frente a reses presuntamente afeitadas e inválidas (esto último sin presunciones). Pero en Almería, quién te ha visto y quién te ve, ya no se exige como antaño. Ahora se piden trofeos por la nada y ante nada.
Con un presidente de manifiesta incompetencia –que aprueba toros anovillados y descaradamente pobres de pitones, que concede orejas de pueblo y es incapaz de contener el entusiasmo desbordado y sin argumentos de la gente-, el espectáculo es mucho más fácil. Marco Rubio debería reflexionar este invierno y dejar paso a otro presidente. Echamos mucho de menos a José García y creo que sería bueno que los policías regresaran al palco. Porque su autoridad es inobjetable.
Este presidente concedió una oreja del primer enemigo del madrileño y negó la segunda, demandada por un público entregado. ¿Y qué había realizado Julián, que tanto delirio produjo en los tendidos? Pues mantener en pie a un ejemplar inválido –y encastado, pero inválido- de Domingo Hernández y darle muchos pases. Ahora, que nadie me pregunte si recuerdo alguno de los muletazos porque todos fueron infumables. En determinados sectores de la prensa llaman a eso “técnica”. Es decir, la técnica del enfermero que, como se sabe, tiene más valor que la técnica del matador que da lidia completa a un toro bravo y fuerte de remos, ganándole terreno, cargando la suerte, rezumando, en suma, torería.
Hoy, en nuestro coso, y sospecho que en casi todas las plazas de segunda, son suficientes algunos detalles para conquistar una oreja y la mitad de la otra: dar un par de circulares, algún martinete, ligar dos pases de pecho y ofrecer un pequeño desplante al toro moribundo. Siempre al final de las faenas, siempre con el animal deshecho. Con estos elementos, la gente se vuelve loca y las orejas no tardan en llegar. Da igual que el diestro perpetre un bajonazo con la espada, que para eso habrá un presidente dadivoso y poco dado a aguantar la presión del pueblo.

En el quinto del festejo, que era otro inválido, como toda la corrida descastada de Domingo Hernández, El Juli le dio la misma fiesta y, ahora sí, Marco Rubio sacó los dos pañuelos. Y todos felices.

Esplá entró en el cartel a causa de la baja de El Fundi y destacó en un par de banderillas asomándose al balcón y en una serie con la derecha a su primer toro. Le dieron la oreja del cuarto por lo mismo que a El Juli. O sea, por prodigar trapazos a un animal derrengado. Pobre despedida para un diestro que en Madrid estuvo inmenso hace dos meses y medio.

Sebastián Castella pechó con un lote descastadísimo, pero el francés puso de relieve que no se encuentra en su mejor momento. Torea con la muleta retrasada, no se pone en el sitio y, lo que es peor, ha perdido la fibra que le caracterizaba. A nada que hubiese porfiado con los circulares consabidos ahora estaríamos hablando de triunfo “grande”, como el de El Juli…
Y es que Almería, al día de hoy, es la plaza más fácil del mundo. Hay que ponerse delante, dirá alguno. De acuerdo, tiene su mérito, pero nunca el toreo accesorio -y malo- ha gozado de tanto predicamento como en la actualidad. Al toreo fundamental, que le den morcilla.
Esto es un simulacro de fiesta y están arrojando a los aficionados a la calle. Es puro artificio. Tanto, que, hasta el ganadero de ayer pidió las dos orejas del segundo de El Juli a la presidencia, según me contó mi buen amigo Juan Pérez Alarcón, quién también lo cuenta en su blog Y digo yo. ¿Qué cachondeo es éste?, ¿cómo se puede consentir semejante atropello e insulto a la inteligencia?
Yo conocí otra Fiesta. La que nos están dando es una pantomima, una vergüenza de espectáculo.

Alberto Gutiérrez Delgado

3 comentarios:

franmmartin dijo...

¡Ameeeeeeeen!.
Se puede dedir más alto y en mayusculas,pero no más claro.
Ya podemos ir buscando los aficionados otra afición,porque en bastantes sitios van a obligar a desaparecer la Fiesta de los Toros y en otros estan obligando a desaparer a los aficionados.
Puede quedar,eso sí, ésta pantomima actual a representar en "las Ferias" de cada localidad. Ya practicamente no hay plazas de temporada y a las que hay, los que van caben en un autobús; pero eso no tiene nada que ver con la auténtica Fiesta de lols TOROS.
¡Aficionados,todos al fútbol!.

BLOG DE ACTUALIDAD TAURINA dijo...

Gracias, Fran. Me alegro de que aún haya aficionados como tú. Aunque no están echando a patadas estos golfos. Se creen que los que van únicamente al acto social quieren y respetan la Fiesta. Y una leche. Lo que les gusta es la merienda, no creo que les importe mucho si no hay toro, si no hay toreo, si no hay nada. Llegará el día en que los taurinos reclamen el regreso de la afición. Pero será tarde.
Un saludo,
Alberto Gutiérrez

BLOG DE ACTUALIDAD TAURINA dijo...

Gracias, Fran. Me alegro de que aún haya aficionados como tú. Aunque no están echando a patadas estos golfos. Se creen que los que van únicamente al acto social quieren y respetan la Fiesta. Y una leche. Lo que les gusta es la merienda, no creo que les importe mucho si no hay toro, si no hay toreo, si no hay nada. Llegará el día en que los taurinos reclamen el regreso de la afición. Pero será tarde.
Un saludo,
Alberto Gutiérrez